La compasión es una relación entre iguales. Salimos de nuestra zona de confort para sentir lo que ocurre en el corazón de la persona que acompañamos pero lo hacemos desde la profunda certeza de que dicha persona posee la fortaleza y la capacidad para transitar esa situación. Sostenemos sin invadir.
Desde la lástima nos situamos por encima de la otra persona, no podemos ver su fuerza o lo que esa vivencia podría aportar a su vida. Y en la mayoría de las situaciones nos arrastra una inercia a “rescatar” a esa persona y sacarla de donde está. No respetando su proceso y enviándole un mensaje entre líneas: “tú no puedes”.
Elsa María B.